De punta a punta del globo, en estas ciudades podréis hacer un repaso mental de lo bien que fue el día de vuestra boda y seguir con los planes de futuro.
Todas las lunas de miel deberían ser perfectas. Es lo mínimo que una pareja de novios puede (y debe) esperar tras meses de trabajo conjunto, toma de decisiones, acuerdos y desacuerdos familiares y llamadas a la wedding planner preguntando si esto o aquello ‘se puede o no se puede’ hacer. Porque os lo merecéis, preparad las maletas, aunque no nos vamos ni al Caribe ni a Nueva York. Llega el segundo momento más dulce tras el ‘sí, quiero’.
Las Maldivas
Si uno piensa en el paraíso lo primero que viene a la mente es agua cristalina, calma absoluta y cabañas con el techo de paja y acceso directo al mar. Este lugar existe y se llama Maldivas. Además, aquí podréis nadar con tiburones, viajar en hidroavión hasta algunas de las islas más auténticas y alejadas del turismo y relajaros en uno de los destinos más impresionantes del planeta.
China
Su inmensidad apabulla a cualquiera, por lo que se recomienda ir con una ruta bien pensada. Viajar a China y no pasar por Pekín, Shangai o Xian sería un sacrilegio, como también lo sería no visitar las zonas rurales como Guilín o los espectaculares arrozales de Longji. Qué decir de la Gran Muralla, las callejuelas de Yangshuo, o el parque de la Primavera de Jade. Si os decantáis por el país del dragón recordaréis este viaje durante muchos, muchos años.
Grecia
Ir de luna de miel a Grecia sin pasar por Santorini y cruzarse con sus miles de cruceristas es posible, os damos nuestra palabra. Basta con alquilar un coche (¿hay algo más romántico que un road trip a bordo de un descapotable?) y recorrer el Peloponeso. Os encontraréis con un Mediterráneo virgen y salvaje salpicado de playas tranquilas, pueblos tan amables como sus vecinos y una gastronomía slow food más que recomendable.
Nueva Zelanda
Su inmensidad apabulla a cualquiera, por lo que se recomienda ir con una ruta bien pensada. Viajar a China y no pasar por Pekín, Shangai o Xian sería un sacrilegio, como también lo sería no visitar las zonas rurales como Guilín o los espectaculares arrozales de Longji. Qué decir de la Gran Muralla, las callejuelas de Yangshuo, o el parque de la Primavera de Jade. Si os decantáis por el país del dragón recordaréis este viaje durante muchos, muchos años.
Hawaii
Aloha, aventureros. Tanto si lleváis la tabla de surf pegada al cuerpo como si no la lleváis, Hawaii es un destino perfecto si tú o tu pareja presume de tener un lado más salvaje. Entre montañas, playas, volcanes y collares de flores frescas descubriréis por qué este rincón del planeta es lugar de peregrinaje de la gente más cool.
Be&Co Wedding Planners.