Aunque no requería contraseña para entrar como la de Ali Babá y los cuarenta ladrones, la Galería de Cristal del ayuntamiento de Madrid se convirtió, del 16 al 18 de marzo, en lo más parecido a una cueva repleta de tesoros.
Para los que ya habían dicho ‘sí, claro que sí’ pero cómo lo hago; para los que todavía dudaban y necesitaban un ‘yo tampoco quería casarme, pero lo volvería a hacer’ o para los que necesitaban ideas frescas para conseguir un día perfecto de los que se comentan, durante años, en la cena anual con los amigos de la universidad… la feria 1001 Bodas Premium fue justo lo que buscaban: 250 firmas con nombres y apellidos entre las que no podía faltar Be& Co. Wedding Planners. Nos estrenamos a lo grande; no había mejor manera para comenzar esta aventura y conocer tanto a nuevos proveedores con los que trabajar, como a parejas de novios en busca de wedding planners.
En un stand que reflejaba nuestra personalidad y estilo –clásico con toques modernos, más cercano al minimalismo que al ‘póngamelo todo’– y rodeadas de las geniales creaciones de Gabriela y Gadea en forma de vajillas inspiradas en el mundo safari, tropical o de caza, nos acercamos a la cueva del tesoro de las bodas en un recorrido marcado por ocho paradas, cada una de ellas más espectacular que la anterior, y todas bajo el mismo leitmotive: la (bendita) primavera.
Primera estación: la música, porque una buena banda puede convertir una boda en una fiesta de las que pasan a los anales de la historia.
Segunda: la comida, ya que si de algo nos acordamos al día siguiente de la boda es
- del vestido de la novia
- de lo mucho o poco que bailamos
- de lo que comimos.
Tercera: las mejores propuestas nupciales para las bodas que vienen.
Cuarta: un beauty bar como pocos ¿Se siguen llevando las trenzas? ¿Uñas rojas o color arena?
Quinta estación: un paseo donde solo los proveedores más especiales (joyas, fotógrafos…) tenían su hueco.
Sexta: el lugar donde aguardaban los medios de comunicación, los que consultas todos los días en busca de ideas e información. Séptima y penúltima: la puesta en escena de las mesas, qué se lleva y qué no deberías poner nunca frente a tus invitados.
Y la última: la destilería… porque una boda sin los brindis del padrino, la mejor amiga de la novia, el cuñado o el tío, no sería una boda.
Sabemos todo lo que pasó en las 1001 Bodas Premium. Si quieres te lo contamos.
Be&Co. Wedding Planners.